sábado, 20 de octubre de 2012




Parques naturales, Una buena opción de otoño

 
Siempre he dicho que el otoño es una de las épocas del año más cromáticas de todas. Salvo cambios climatológicos de última hora, no puede haber nada que nos fastidie la salida campestre. Una buena forma de asegurar los resultados que la retina de nuestra cámara pueda mostrarnos a su regreso, puede ser la visita de un Parque natural. A continuación os facilito un buen enlace para preparar vuestra próxima escapada. Pero si por motivos de la crisis o cualquier otra cosa no quereis salir, siempre podéis dar un paseo virtual. Espero que os guste y que lo disfrutéis.



 

 




sábado, 1 de septiembre de 2012

NUNCA ES TARDE, SI LA DICHA ES BUENA

 Pasados los días, los meses y casi los años, doy una nueva vuelta de tuerca hoy día 1 de Septiembre del año en curso, cuando el Iva se dispara al 21%, y los patronos nos dicen que tal y como están las cosas la palabra de moda es "REINVENTARSE". Yo en un alarde de emancipación, doy por cancelada la sequía anotadora en este blog y me reinvento al 100%.
 Añado a mi cabreo súbito el de mis compañeros mineros, albañiles, fontaneros, carpinteros, fotógrafos, comerciantes, médicos, bomberos, funcionarios,  .... cristaleros, y todos los que están pasándolas P, para decirles que siempre estaré a su lado en tanta mala baba, pero con todo no podrán quitarnos la fuerza que nos impulsa a no derrumbarnos por un Iva de nada, ni el Banco MALO, ni el bueno, los tóxicos ni la Prima de riesgo, Bruselas, Merker ni la niña del exorcista podrán con nosotros. Me reinvento si, sobre todo me quito la mansedumbre que caracterizó mi vida y doy paso al nuevo bloguero cabreado que es mucho más que INDIGNADO.
Por eso, para contrarrestar tanta mala leche, cuelgo estas maravillosas fotografías que si os dais cuenta emanan Paz.

jueves, 15 de octubre de 2009

29 HORAS EN HERRERA

Aprovechando unos días de vacaciones, he podido realizar una preciosa escapada de no más de 29 horas a uno de los pueblos de la comarca que me tiene enganchado, Herrera de Alcántara, de aproximadamente 310 habitantes. Con la mochila en ristre, acompañado de mí cuñado Jesús y sus dos niños, Lia y Rony, preciosos perros pastores catalanes, cada uno con su indiosingrasia hemos recorrido caminos y veredas al compás de golpes de bastón, apoderándonos de grandes momentos de sosiego y dando un golpe de maza a la agobiante rutina.
No siendo esta la mejor época para visitar sus alrededores, debido a la intensa sequía que invade el panorama de la región, queda claro, que buscando se pueden encontrar preciosos vergeles que se reparten por toda su geografía. Rutas establecidas, cuidadas con mimo y acondicionadas para que el visitante se empape de toda la naturaleza que rebosa este idílico lugar.
CRONICA DE NUESTRA ESTANCIA
MARTES 13
12 h.: Nuestra llegada al municipio se vio alterada por un olor nauseabundo a la altura de la piscina. – Jesús, ¿Qué pasa tío, no has podido aguantar a bajar del coche? –Pero ¿Qué dices?, yo pensé que habías sido tú. Evacuación urgente del vehiculo, Rony ha defecado en pequeña cantidad, pero con gran descomposición. Se hace obligada la primera tarea, en la cochera de Merche (nuestra desinteresada donante de albergue) manguerazo al plástico que salvó la moqueta del coche. 12,30 h: Después de dejar la intendencia en la casa, nos dirigimos al mirador de Negrales, ruta que está perfectamente indicada, el paseo trascurre por una pista muy ancha donde pueden circular vehículos, dada la circunstancia que hoy es martes 13, los habitantes habrán decidido no conducir sus coches, solamente encontramos en todo el camino a un Sr. mayor en una pequeña moto, que además, prescindía del casco en un alarde de anarquismo feudal, sin hacer caso a la fecha del calendario, claro está, nosotros también soportamos la anarquía de Rony, perro de colón fácil y patas ligeras, pues pasada la fuente de los varazos, comenzaba a desmarcarse en un afán de libertades que ofrece el campo abierto. Gracias al día enmarañado, aguantamos bastante bien la ruta, que en tiempo de verano, se antoja imprescindible hacer a primera o ultima hora, pero la llegada al mirador, nos regaló un soplo de viento y unas preciosas vistas sobre el río Tajo, sentados en el tosco banco, descansamos nuestras posaderas mientras hidratábamos nuestros gaznates con insípida, incolora e inodora agua embotellada, que todo hay que decirlo. Unas preciosas instantáneas, quedaran para el recuerdo, aun cuando, el mejor recuerdo, siempre queda grabado en la retina. Tiempo de regreso, la pregunta -¿Dónde está Rony? Después de un buen rato, silbando y llamando al chucho, decidimos volver, el señorito se encuentra esparramado en una sombra del camino empapado de agua, jadeando como un perro. – Anda rico, que bien nos estas j… 14,15 h: Encendemos la barbacoa, preparamos la mesa y le damos un buen trago a la bota, mientras los carbones, digo bien carbones, se van quemando lentamente para ofrecer posteriormente sus brasas a nuestras viandas. Mientras nos acercamos a ver a mis amigos Juanito y Mari (propietarios del mesón y una preciosa casa rural junto a la iglesia de San Sebastián Mártir), una vez hechas las presentaciones, unas cuantas cervezas bien frías y buena conversación amenizan el momento, mientras el olor de la comida de Mari nos embriaga el olfato, para que apresuremos el regreso a nuestra barbacoa estéril de comida hasta ese momento. Secreto de cerdo ibérico, brochetas de magro adobado y unas pequeñas sepias que al final quedaron un poquito insípidas, regadas con chorritos del caldo delicioso de la bota y una hogaza de pan, saciaron nuestro voraz apetito. 17,00 h: Una vez hechos los deberes, volvemos al mesón, Mari nos escucha llegar y deja sus tareas para prepararnos unos cafés acompañados de unos riquísimos aguardientes que nos dio a probar, la cosa empezaba a rizar el rizo, el cuerpo se empezaba a acartonar, por lo tanto, no le dimos tregua, emprendimos ruta hacia el río por la carretera, con risitas tontas y mucha conversación llegamos a las llamadas orejas de burro, enfrente unas escaleras con fuerte pendiente nos acerca al molino, enclavado en un bellísimo paraje exuberante de vegetación. Continuamos bajando, mientras yo me sentía orgulloso de hacer de cicerone, contando peripecias vividas junto a mis amigos, maravillosos recuerdos de una pandilla completa estrujando grandes momentos en este mismo lugar. No puedo olvidar a los que faltan, pero doy gracias a Dios de la oportunidad de haber conocido a otra gran persona para compartir nuevos episodios de nuestras vidas, cosas del destino. 20,30 h: Hemos andado las orillas del señorial Tajo, las casitas que están construyendo son preciosas, ahora no se puede ver su interior, si no es a través de los cristales, pero hace unos años, tuve la oportunidad de disfrutar de una de ellas con Jose (chico) y Javier. Nos sirvió de refugio mientras pescábamos en medio de una gran tromba de agua, entonces podíamos llamar cabañas, ahora son pequeños chalecitos con todo lujo de detalles, unos preciosos porches y mas abajo unos bancos con sus sombrillas rusticas le dan un toque muy rural, me atrevería a decir incluso de rivera de lujo. Los niños (Lia y Rony), se estuvieron bañando, disfrutamos de lo lindo, es hora de regresar. Pasito a pasito, llegamos a la casa, donde nos esperaban dos sofás estupendos, deseando de abrazarnos en nuestro regreso. 23,30 h: Una buena ducha, cenita ligera, pijamita y un ratito de televisión. Morfeo llamaba a nuestra puerta, pase Vd. Sr. Morfeo, hasta mañana.
MIERCOLES 14
7,05 h: El camión de la basura hace su aparición en medio de un sueño precioso, ¿Cuánto ruido para un par de contenedores?, ah, es que el chofer tiene ganas de conversación con el guardia que está de guardia, que le vamos a hacer, llamo a mi compañero y desayunamos un riquísimo bizcocho que mi Sra. guardó entre mis pertenecías, si es que está en todo. 8,00 h: El compañero se da de baja, un espolón en su pie derecho, da al traste con la excursión al puente viejo. Cambiamos de planes, pesca en el pantanillo. Después de dar cuarenta vueltas por cercas, cancillas, caminos y veredas, damos con la entrada, monto mi caña y me decido a lanzar, cuando, los niños deciden darse un baño, que ricos. Una tenue picada fallida en el intento del caché, que le vamos a hacer, otro que se me ha ido a criar. 11,30 h: Después de haber dado la vuelta a la masa de agua, decidimos dar una alegría a nuestros cuerpos. Bocadillito de salchichón y una cervecita, ummm, ¡que rico!, estos momentos también hacen su historia, apalancados debajo de una encina, decidimos que podíamos acercarnos de nuevo al río, a Jesús y a sus niños le gustó sobremanera. Sin perder un minuto nos ponemos en marcha. 12,15 h: Mas bañitos de los niños y ni una picada, no pasa nada, la verdad es que es un deleite recorrer esta preciosa rivera, la orilla parece un túnel compuesto por olivos, madroños, durillos y zarzamoras, durante todo el recorrido disfrutas de sombra que estos días de calor se agradece. Observo la vecina orilla portuguesa, con mis prismáticos puedo ver a un pescador recogiendo cestos de cangrejos desde su barca, si señor, buena producción la del vecino. Una pareja de buitres sobrevuelas lentamente en lo alto del mirador de negrales, lentamente aprovechando las térmicas, se recrean haciendo círculos en el aire. Preciosa mañana. 14 h: Comida, repetimos menú, que no se puede tirar. 15 h: Zafarrancho, quedar todo igual que estaba. Merche si lees estas líneas, no sabes cuanto echo de menos a las niñas en estos momentos. 17 h: Despedida de Juanito y Mari, tomamos un café y solo nos faltó ponernos a llorar, que pena nos da de irnos, recogemos de la cochera el plástico o sanitario, como quieran llamarlo, extendido en el coche, leemos la cartilla a Rony, creo que nos ha entendido, solo le hace falta hablar. Regresamos con la retina llena de recuerdos. Hasta pronto.

jueves, 17 de septiembre de 2009

LAS NOGALEDAS, REGALO NATURAL

Este verano, por distintas circunstancias, no hemos disfrutado de muchos días continuados de vacaciones, pero en cambio, las pocas salidas que hemos realizado, han resultado muy intensas en cuanto a la calidad de las mismas. Tuvimos la gran suerte de conocer las gargantas de “Las Nogaledas”, siguiendo los consejos de uno de los amigos que de vez en cuando, se dejan caer por estas páginas para hacer sus comentarios. Sinceramente discrepo en cuanto al adjetivo que utilizó en su día para describir dicho paraje, creo que dijo que era mucho más bonito que los pilones, pues bien, siendo los dos un curso de agua, tengo que decir a favor de la garganta del infierno que desde la primera vez que la vi, me fascinó de sobremanera y forma parte de los lugares preferidos de mi preciosa Extremadura, ahora bien, “las nogaledas” me han cautivado sin remedio, tanto ha sido el encanto, que he repetido visita, disfrutando cada una de ellas, pero saboreando mucho mas la segunda. El primer encuentro tenía el aliciente de ir descubriendo cada paso, todas las cascadas, su frondosidad, la frescura y el murmullo del chapoteo del agua en las torrenteras que finalmente se embalsaban en pequeñas pozas sumamente apetecibles para el baño. El segundo, pude disfrutar con mucha pausa de su entorno, las criaturas que pueblan ese vergel poseen una viveza y un colorido muy hermoso, tanto o igual que la exuberancia de helechos y arboleda, abundantes en sus dos márgenes.
Me extrañó enormemente que un lugar tan hermoso, careciera de visitantes, que desde otro punto de vista agradecí, pensé que pudiera deberse a la inclinación del recorrido, pero ese punto no es ningún problema para los amantes del descubrimiento, también pudiera ser que la angostura en el verano y la falta de agua abundante en sus cascadas, retrase a otros meses las visitas mayores, en cualquier caso, seria obligado hacer ese recorrido en las cuatro estaciones, cosa que yo me he propuesto, para poder disfrutar de las postales maravillosas de cada momento.
Estando la ruta bien señalada, eché de menos unos contenedores a la llegada para la basura, ello no es handicap para tirar los desperdicios en cualquier parte, de hecho, salvo pequeños detalles, el entorno estaba muy limpio, quizás debido a la poca afluencia en estas fechas, o ¿Por qué no?, a una nueva conciencia de respeto a nuestro entorno.
Estas Nogaledas, nos arroparon con su exuberancia, haciéndonos sentir ribereños integrados en sus aguas, refrescaron nuestros sentidos y definitivamente se ha instalado en nuestros corazones, lo peor es dejar su entorno, ahí fue cuando nos dimos cuenta del tremendo calor que hacia.
Dentro de poco, nos visitará el otoño, sin duda alguna, ese será un gran momento para repetir la visita a una de las gargantas más encantadora del Valle del Jerte, haceros un regalo natural. Allí nos veremos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

PASEOS

Hace unos cuantos fines de semana, quedamos mi amigo Nono y yo para ejercitar un poco las piernas, eso si, sin ningún afán de registrar record. Quedamos a media mañana (hora que a mi parecer, resulta un poco tardía), pero ya se sabe, es difícil introducir en la practica de los “deportes de campo” a descarriados de fibra sedentaria, por lo tanto paciencia y eso que mi amigo Nono es de pueblo, perfecto conocedor de costumbres y horarios campestres, pues de chaval, los sufrió en propias carnes, quizás sea ese el motivo de que ahora se tome la vida con mucha mas calma. Nos pusimos a andar sin rumbo fijo, bajando en dirección a la falda de la montaña, disfrutábamos de la marcha mientras conversábamos animadamente de todos los temas imaginables en los que pueden hablar unos amigos. La verdad, es que lo menos significativo de los paseos, es el rumbo que se toma, es mucho más importante la compañía, para poder compartir las circunstancias del camino. Rápidamente nos encontramos en la carretera que sube al camino de las minas de Valdeflores, enroscada en la cuneta vimos a una culebra de tamaño medio soleándose, ajena al trafico de coches y paseantes, una vez internados en la calleja de tierra, quiso la buena suerte ofrendarnos de nuevo con la visión de un conejo, que se dio a la fuga con gráciles carrerillas entre tomillos y matorrales, seguramente fue uno de esos días que te sientes agraciado con lo que te regala tu alrededor. Llegamos hasta la charca, en sus márgenes, pudimos observar los retozaderos de jabalíes, seguramente, la noche anterior anduvo por este paraje una gran familia de estos astutos pobladores del bosque. A la vuelta, continuamos con nuestros chascarrillos e incluso hicimos planes para volver a disfrutar de estos paseos, pero con la condición de ampliar nuestros horizontes, ¿Quién sabe?, otro día, puede que lleguemos a Sierra de Fuentes. Después de un par de horitas andando, llegamos a nuestro destino, descansamos nuestras posaderas al refresco de la casa y fuimos premiados con unas frías cervezas que hicieron el delirio de nuestros resecos gaznates. ¡A pasear, todo el mundo!, que es muy sano.

jueves, 4 de junio de 2009

Todo miente, menos el viento

Como podéis comprobar, la fotografía de la cabecera ha cambiado. Queda aclarado que representa el fruto del roble, una alegoría a la fortaleza, un gran árbol erguido entre sus compañeros del bosque, difícilmente los agentes de la naturaleza pueden con él, pero como todo ser vivo queda expuesto a multitud de factores que pueden acabar con su existencia, dígase una enfermedad incurable, pero desde su nacimiento hasta su desaparición, este coloso ramificado tiene su historia, una preciosa historia. Nació nuestro pequeño roble en terreno sumamente fértil, no había de faltarle agua, ni abono de todos los animales del bosque, pronto desarrolló unas fuertes ramas y profundas raíces. Con el paso de los años, supo rodearse de otros árboles que balanceaban sus hojas como él, a merced del viento, fue éste, un precioso susurro que le acompañó toda la vida, pocas veces le asustaron los truenos de tormentas cercanas e incluso jamás pensó que nada malo pudiera ocurrirle, pero en el fondo sabía que nadie se queda aquí para siempre, pues años hace, que un ejemplar de olivo amigo suyo, le arrebató la existencia la fuerza de un mal rayo en lo que tarda una ardilla en subir a su copa. Pasaron los años y sus raíces formaron parte de otras que pertenecían a una preciosa y esbelta haya, supieron unir sus troncos tanto, que con el tiempo llegó a ser uno, dos pequeños robles y una tierna haya formaban lo más inmediato de ese sotobosque. Quiso el destino acabar con sus ramas al viento, desapareció el gran roble, retorcida con la forma de su amado quedó la haya y desde entonces todo lo que rodea ese paraje se han convertido en sauces entristecidos que arrastran sus ramas por el suelo, sin ni siquiera intentar hacer otra cosa, más que recordar a su gran amigo el coloso del bosque.

lunes, 2 de febrero de 2009

De lucios en Sierra Brava

Hace algunos años, que un pequeño grupo de amigos utilizamos el pretexto de la pesca para pasar una jornada juntos, si también es cierto que por las circunstancias, no siempre conseguimos nuestro objetivo, pero las salidas que hemos realizado, puedo asegurar que aun cunado no gozan de cantidad, si lo hacen en calidad, pues hemos tenido vivencias que nunca olvidaremos.
Normalmente comenzamos la jornada a las seis de la mañana, en una hora aproximadamente llegamos a Zorita, un buen desayuno a base de café y porras en la churrería de Toñi, nos reconforta en cuerpo y alma, sacamos los permisos, para después pasar por la panadería donde se cuecen uno de los mejores panes de leña de toda la región, del cual, a media mañana daremos buena cuenta. La última ocasión que nos brindó la visita a este preciosa masa de agua, estuvo repleta de anécdotas desde primera hora de la mañana, ya que en un despiste incomprensible, quizás provocado por la animada conversación de mis compañeros, acabamos en Madrigalejo, teniendo que retroceder por angostas carreteritas entre canales helados (tres grados bajo cero), retrasando inevitablemente nuestra llegada a la presa. No hicimos más que llegar a la orilla, saludamos a unos jóvenes pescadores de la zona que habían llegado antes de la luz del alba, los cuales tenían en su poder envuelto en un jersey un precioso búho real, visiblemente mal herido, con el plumaje mojado, sufría hipotermia y presentaba en uno de sus ojos una mancha blanquecina provocada seguramente por un golpe. Los chavales, enseguida nos contaron que el pobre animal había chocado contra el muro de la presa en la oscuridad de la noche, el enorme chapoteo que provocó en su caída, alarmó a estos noveles pescadores, que no dudaron en preparar unos arreos en una de sus cañas para proceder a su rescate. Todavía eufóricos por el rescate, nos decían que no daban crédito a sus ojos al ver ya en la orilla tan imponente rapaz. Sin plantearnos montar nuestros equipos, aun cuando, estábamos ansiosos por ello, decidimos que algo había que hacer para intentar salvar la vida de ese precioso ejemplar, mientras unos preparábamos una hoguera que pudiera secar y dar calor a ese gran pájaro, otro llamaba al centro de recuperación de aves de Sierra de Fuentes, que inmediatamente después de hacer unas preguntas, nos aconsejaron un protocolo a seguir mientras esperábamos su llegada. En esto que vemos aparecer a la benemérita en lo alto del muro, no sé si aquellos agentes no habían desayunado aquella mañana o cualquier tipo de presión les obligaba a actuar con malas pulgas, pero lo cierto es que sin dar ni los buenos días, nos espetaron que no podíamos hacer fuego y por lo tanto, debíamos apagarlo de ipso facto. Bien sabe Dios, cuanto nos costó acarrear aquellos cuatro palos, pues nuestra ubicación era en un pedregal, sito justo al final de dicha presa, donde en el mes de enero lo único que podía arder alrededor nuestro, a menos tres grados, eran las suelas de nuestras botas en un intento de calentar nuestros fríos pies. En la obligación de velar por la vida de nuestro amigo emplumado, nos dirigimos a los civiles, ofreciendo un ultimátum. –Si muere este búho real, por falta de calor, serán Vds. los responsables-. Nos fusilaron con sus miradas, pues no era de recibo que nosotros unos pobres pescadores, de un momento a otro nos convirtiéramos en cazadores furtivos. Por lo que tuvimos que dar detallada y rápida información de lo ocurrido, para que desde ese momento quedáramos absueltos del pecado de hacer fuego, animándonos incluso a cebar aun más las llamas.
Con todos los deberes hechos, conseguimos lanzar las cañas, cebadas con pequeñas tencas, que de vez en cuando tintineaban la gran bolla que las sujetaba, sin recibir el mínimo rastro de ataque del esociforme, pendiente de nuestro amigo y sin la presencia de los civiles, decidimos asar un poco de pectorejo (careta de cerdo) y unos choricillos, acompañados por el riquísimo pan y regado con un buen vino en su justa medida. No habíamos terminado el ultimo bocado, cuando se presentó el Sr. que tendría que recoger a la accidentada rapaz, pero en ese momento, también se corrió una de las bollas en frenética escapada hacia el horizonte, para terminar en una enorme zambullida, que delataba la mordida del depredador. Con el bocadillo en la boca, corrió mi compañero hacia la caña, propinándole un certero cache, la punta delataba un buen ejemplar, mientras el resto entregábamos a su cuidador el manso animal dentro de una caja.
Destripamos aquel día de pesca cerca de las cinco de la tarde, con la satisfacción de haber ayudado a dos seres vivos, pues con el tiempo pudimos saber que nuestro amigo el búho, ya no podría ver más, con lo cual fue automáticamente adoptado en el centro y repleto de atenciones, para poder sobrevivir, mientras que el precioso lucio, una vez desenganchado, fue devuelto a las aguas en un acto de sincero agradecimiento por la lucha que ofreció a mi querido amigo, alejándose entre las rocas y retamas sumergidas con gran calma, acompasado de un movimiento ondulante y altanero, difuminando su espléndida figura hasta desaparecer por completo en el oscuro y profundo calado del pantano.

BIENVENIDOS A DEPORTES DE CAMPO

El regreso a nuestros origenes, la pasión por la naturaleza.