domingo, 13 de septiembre de 2009

PASEOS

Hace unos cuantos fines de semana, quedamos mi amigo Nono y yo para ejercitar un poco las piernas, eso si, sin ningún afán de registrar record. Quedamos a media mañana (hora que a mi parecer, resulta un poco tardía), pero ya se sabe, es difícil introducir en la practica de los “deportes de campo” a descarriados de fibra sedentaria, por lo tanto paciencia y eso que mi amigo Nono es de pueblo, perfecto conocedor de costumbres y horarios campestres, pues de chaval, los sufrió en propias carnes, quizás sea ese el motivo de que ahora se tome la vida con mucha mas calma. Nos pusimos a andar sin rumbo fijo, bajando en dirección a la falda de la montaña, disfrutábamos de la marcha mientras conversábamos animadamente de todos los temas imaginables en los que pueden hablar unos amigos. La verdad, es que lo menos significativo de los paseos, es el rumbo que se toma, es mucho más importante la compañía, para poder compartir las circunstancias del camino. Rápidamente nos encontramos en la carretera que sube al camino de las minas de Valdeflores, enroscada en la cuneta vimos a una culebra de tamaño medio soleándose, ajena al trafico de coches y paseantes, una vez internados en la calleja de tierra, quiso la buena suerte ofrendarnos de nuevo con la visión de un conejo, que se dio a la fuga con gráciles carrerillas entre tomillos y matorrales, seguramente fue uno de esos días que te sientes agraciado con lo que te regala tu alrededor. Llegamos hasta la charca, en sus márgenes, pudimos observar los retozaderos de jabalíes, seguramente, la noche anterior anduvo por este paraje una gran familia de estos astutos pobladores del bosque. A la vuelta, continuamos con nuestros chascarrillos e incluso hicimos planes para volver a disfrutar de estos paseos, pero con la condición de ampliar nuestros horizontes, ¿Quién sabe?, otro día, puede que lleguemos a Sierra de Fuentes. Después de un par de horitas andando, llegamos a nuestro destino, descansamos nuestras posaderas al refresco de la casa y fuimos premiados con unas frías cervezas que hicieron el delirio de nuestros resecos gaznates. ¡A pasear, todo el mundo!, que es muy sano.

2 comentarios:

Taburete dijo...

Espero que cuando llegueis a Sierra de Fuentes, no me llaméis para que os recoja (que no sería la primera vez que tengo que ir a por ti).
Dice el refran "el que mucho anda, pronto cansa"
Un abrazo para los dos.

Anónimo dijo...

Fue todo un placer que me gustaria repetir mas a menudo. Ahora que se acercan cambios en mi monotonia de fines de semana, tenemos que practicar mas este tipo de salidas.

Eso si, con las cervecitas de la vuelta.

NONO:

BIENVENIDOS A DEPORTES DE CAMPO

El regreso a nuestros origenes, la pasión por la naturaleza.