jueves, 14 de agosto de 2008

NATURALEZA Y SEXO DEBIL

De todo el mundo es sabido, que el hombre, como tal, es un ser complicado y retorcido, no llegando ni con mucho, a superar la mente del sexo opuesto, esa si es una maquina manipuladora, absorbente y calculadora, siempre hace, lo que quiere, elige al que quiere y con su encanto embauca a su pareja, para lo que se dice vulgarmente, "llevarnos al huerto". Los animales irracionales, tienen comportamientos básicos; comen, cuando tienen hambre, duermen, cuando tienen sueño y procrean empleado un sistema de mejora de su especie, basado en escoger el más fuerte, el más coqueto o incluso el que mejor baila. Por supuesto, los animales no tienen dinero, digo yo, que ese es el motivo, por el que la especie humana no acaba de mejorar como Dios manda, pero también se dan casos en el mundo animal, donde la supremacía de la hembra domina a los suyos hasta límites insospechados. Basándome en el pensamiento anterior, recuerdo un caso ocurrido algunos años atrás, donde dedicándome a observar a una pareja de jilgueros, en una de esas salidas campestres, pude ver el énfasis, que el macho ponía en saciar el apetito de su hembra, que por cierto, no estaba enguerado en su nido, si no, que se encontraba en el brocal de un pozo cercano a un huerto, reposada y expectante en el incesante ir y venir de su exhausto compañero, cebando su pico con insectos del interior del humedal, que posteriormente de forma cariñosa entregaba como un regalo a la coqueta emplumada. Por lo poco que tardaba, no creo que hiciera sisa de ningún invertebrado, haciendo eso de uno para mí y el otro se lo llevo a mi ligue, por lo que pude deducir, que el pardillo, solamente hacia el trabajo duro, pero sin ninguna recompensa, bueno, yo tampoco me quede toda la tarde, a lo mejor después... . Claro, no pude por menos, hacer la comparación con la raza humana, sobre todo, cuando vestimos plumaje joven, que nos encanta eso de hacernos los chulitos para llamar la atención y colmamos de regalitos a quien nos hace tilín, sin mirar otra cosa, mas que su satisfacción, dicho, sea de paso, que en un principio se satisface con cualquier cosita, pero según pasa el tiempo hay que esforzarse mucho, mucho, para que verdaderamente sus pretensiones queden totalmente satisfecha. El jilguerito, siempre subía al brocal del pozo, con el mismo tipo de mosquitos, la colorista pollita no le decía, primero me conformo con un mosquito, después deseo una polillita, a la próxima te exijo un saltamontes y por ultimo te ordeno que me traigas un delicioso invertebrado que vive en la parte occidental de Europa... , hombre, por favor, ya esta bien. De todas formas, siempre encontramos casos que rizan el rizo, por ejemplo, el caso de La araña viuda negra (Latrodectus mactans) tiene un cuerpo negro brillante, afortunadamente solo se encuentra a lo largo de todos los Estados Unidos, Su nombre proviene de la costumbre "post - nupcial" (luego del apareamiento) que tienen las hembras de esta especie: atacan y se comen al macho (que no es venenoso); algo bastante común en muchas arañas y de una forma figurada, en muchas mujeres. Pero tampoco quiero ser radical, también es cierto, que son muchos los machos con mala leche y se me viene a la memoria un gallo kiriko que dominaba el corral del olivar, picaba con saña la cresta de sus pollitas, claro que esa es su obligación, pero no lo hacia como el resto de los gallos, este, hacia sangre. Tan duro era el pollo, que se extralimitaba a picar y espolonear a todo el que se acercaba o pasaba cerca de el, hasta el día que pico a mi sobrino, bueno realmente no le pico, pero lo intentó, y mi cuñado, desde la terraza, observando inquieto en que podía terminar la aventura de dicho bravucón, decidido escribirla el, con una piedra cercana que lanzó con inusual precisión, alcanzando de lleno al facineroso animal, que cayó patas arriba en una nube de plumas. Pero tan malo era el bandolero del corral, que no paso media hora y lo vimos paseando altanero (bueno, con una pequeña cojera) sacudiéndose las plumas, por delante de nuestras narices, provocando la cara perpleja de los allí presentes y la desazón de nuevo en nuestros corazones. Una mirada entre todos y la caza se hizo inmediata, como si de un linchamiento se tratara, no pude ver quien le retorcio el gaznate, pero si, quien le quito las plumas y puedo asegurar que la “Pepitoria” que hacen ese tipo de pollos, es exquisita. Moraleja: Por muy malas que sean las hembras, dejalas tranquilas, que de chulos, ya estamos hasta los…, el verdadero macho, es el que demuestra mesura y desparpajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

comentar que hay muchas mujeres chulitas y hombres que se comen a las mujeres, los tiempos han cambiado una barbaridad.

Anónimo dijo...

Me a gustado mucho el fondo del comentario, sobre todo en los tiempos que corren, con (tanta violencia de género o machista).
En muchos casos hay mujeres que deberías comerse a sus machos agresores (perdón por lo de machos)ya que son cualquier cosa menos eso.
La hembra o en este caso la mujer es el ser más preciado que tenemos los machos (entiendase lo de macho), no quiero herir al colectivo gay, puesto que ellas son las que nos han dado la vida.
Un abrado muy fuerte para todas y para ti por haber escrito este tema que me ha inspirado para hacer este comentario.

TABURETE

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El regreso a nuestros origenes, la pasión por la naturaleza.